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"Le apostamos a un profesional que sea consciente de su responsabilidad social, pero también a un currículo específico centrado en los saberes infantiles”.
De cara a una Cuarta Revolución Industrial, formar docentes es una de las mejores apuestas que se puede hacer desde la academia. No solo porque la docencia se encuentra catalogada por el estudio ‘The Future of Skills’, como una de las profesiones del futuro, sino por la necesidad de educar a quienes educan a las nuevas generaciones. En esa línea de pensamiento, la Fundación Universitaria del Área Andina hizo en Pereira el lanzamiento de su nuevo programa académico, la Licenciatura en Educación Infantil, con el cual la universidad pretene enfocarse en la población de niños de 0 a 6 años para contribuir con el objetivo de brindar atención a la primera infancia. Al lanzamiento del programa asistió Olga Ramírez, licenciada en administración educativa, magister en orientación y asesoría educativa y especialista en evaluación educativa, quien es la decana nacional de la facultad de educación de la Fundación Universitaria del Área Andina sedes en Bogotá, Valledupar y Pereira.
¿A qué obedece la decisión de la universidad abrir este nuevo programa?
En este momento hay una preocupación muy grande acerca de cómo se forman los maestros que van educar a las nuevas generaciones y esa conciencia es parte de la misión de nuestra institución: aportarle a la formación de unos profesionales responsables con la sociedad. Y los maestros tienen que ser, en consecuencia, esos profesionales que formen a los nuevos ciudadanos. Así que la Facultad de Educación de Área Andina cree que con esta propuesta de formación le apostamos al desarrollo del capital humano del país.
¿Porqué es tan importante, hoy por hoy, la educación infantil?
La educación infantil responde a los imperativos contemplados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio que señala que en el 2030 está la educación para todos y la educación para la población infantil, que se ha constituido en una prioridad de todo el mundo. Está dada por la UNESCO y por la ONU y es mirar como todos los países y todas las sociedades tiene que volcarse sobre las nuevas generaciones, ellos deben contar con las mejores condiciones de cuidado, de atención para el desarrollo de sus potencialidades, porque desarrollando el capital humano transformamos las sociedades.
¿A qué le apunta la universidad con este tipo de programas académicos?
La educación infantil es un campo poblacional que está en crecimiento y en el cual apenas ahora se está incursionando. Antes se hablaba de educación para la escolaridad (pre-escolar) y hoy en día cuando se habla de la franja poblacional de 0 a 6 años nos estamos refiriendo a algo más que preparar para la escolaridad, estamos hablando también de esa madre -que puede ser joven o puede ser mayor- que sepa que va a tener un niño y que también debe tener un imaginario de infancia, de cómo le va a proporcionar cuidados a ese niño. Entonces aquí vamos más allá de la preparación para la escolaridad para irnos a centrar en los saberes infantiles y en escenarios como el arte, la literatura que pueden desarrollar las maneras en que el niño percibe la realidad. Desarrollar sus sensibilidades, sus potencialidades, nos va a permitir que él pueda crecer con un ambiente de asombro, de innovación y de investigación que le permita y le posibilite mejores desarrollos, más posibilidades y que quiera aprender desde siempre. Esa es una condición de las personas,el aprendizaje a lo largo de la vida. Creemos que nuestra apuesta sería un maestro consciente de esta responsabilidad y que provea ambientes de aprendizaje.
¿Cuál será el perfil profesional de este egresado?
Un maestro con pensamiento crítico, innovador, con sensibilidad hacia la infancia, con escucha activa, con una capacidad de entender al otro, con una noción del cuidado -entendido como la ética del cuidado y del reconocimiento de la singularidad, no del proteccionismo sino como acompañamos a esa persona en su crecimiento, a su desarrollo y a su desenvolvimiento-, que sea un interlocutor válido, que tenga autoridad en el saber, que posibilite escenarios de aprendizaje, que haga parte de redes y de comunidades académicas, y que sepa que la educación infantil es una apuesta política de país.
¿En este escenario, cómo enfatizar en el ser humano?
Eso también implica esa condición de sensibilidad hacia la infancia, de responsabilidad y de cuidado para que ese niño que nace se vaya desarrollando conociéndose y siendo consciente de todas sus posibilidades de desarrollo. A los sujetos los debemos potenciar desde sus propias capacidades, no comparándolos con otros, sino que ellos se desarrollen con respecto de sí mismos, es decir en su singularidad, pero con una concepción de colectivo, que necesita de unos referentes y de otros para crecer. Esa es la condición del ser humano: también formar comunidad.
¿Qué componentes académicos tiene este currículo?
Nuestro programa responde a todos los lineamientos del Ministerio de Educación que ha pensado la formación de los maestros como una posibilidad de desarrollo del país y han estado pendiente que efectivamente el componente de prácticas, que es un componente significativo, tenga una extensión casi que transversal a la formación profesional. Es una apuesta formativa de nueve semestres, tiene un componente de formación genérica de pedagogía como saber fundante del maestro y tiene una apuesta institucional del desarrollo del pensamiento socio-humanístico y crítico que es parte del sello Área Andina, donde le apostamos a un profesional que sea consciente de su responsabilidad social, pero que también tiene un currículo específico centrado en los saberes infantiles, en el conocimiento de la pedagogía y de la infancia y cómo eso ha trascendido a lo largo de la historia y de todos los contextos históricos y culturales, pero también de los saberes infantiles y de los procesos de formación investigativa. La etnografía de las infancias -por ejemplo- es una apuesta significativa, también el cuerpo y el movimiento como parte esencial del ser humano, el arte, la música, la literatura como escenarios de formación de esos saberes infantiles; la familia, la comunidad como se articulan y promueven muchos hechos amorosos que permitan que los sujetos crezcan y se desarrollen con todas las potencialidades.
¿Cuándo abren matrículas y cuándo inician clases en Pereira?
Estamos en este momento haciendo el lanzamiento y aspiramos a que para el 2020 tengamos una primera apuesta de cohorte. En este momento estamos en todo el alistamiento y en la divulgación de nuestra propuesta formativa, porque queremos que ella no solamente llegue así como cualquier otra cosa sino que establezca nexos con las comunidades académicas de la región, con las escuelas normales que forman normalistas superiores y que hagamos parte de todos los planes de desarrollo que tengan que ver con proyectos y programas de primera infancia.
¿El programa está abierto en otras sedes de la universidad?
Sí, este programa ha recogido el legado del programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil, tenemos también la apuesta en Valledupar y en Bogotá, donde tenemos 900 estudiantes.
Fecha:
16 de Septiembre de 2019 Lugar: Regresar |
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